Son las 7 AM, suena el despertador, un nuevo día empieza, hoy tengo un día muy atareado, sin aun poner los pies en el suelo, apago la alarma del móvil y aprovecho para entrar en la aplicación del Facebook: oh, no!! alarma, alarma no puede ser…
…mi publicación de anoche bañando a mi gato “risitas” no ha superado los 20 likes… ¿que ha sucedido? mira, juan no le ha dado ningún like, y ¿Ana? qué embustera, sí me dijo que era mi mejor amiga… esto no puede ser, cuando la vea le diré que es una falsa… o mejor le mando un emoticono con cara de enfado y un cuchillo atravesado ¿por qué no me atreveré a decírselo a la cara?, maldita hipocresía y luego nos sentaremos a tomar nuestro café matutino, sin ni siquiera hablar de lo sucedido en nuestra “otra vida”.
¿Quien soy realmente?, mi vida por un like, en esto se ha convertido mi vida, en una preocupación por captar likes, por conseguir me gustas, por obsesionarnos por hacer la foto, publicación más Chic para que sume los mayores likes posibles, convirtiéndonos en seres absolutamente estúpidos y escasos de valores. ¿que me aporta esto?
Es el problema del ser humano, en una sociedad tan evolutiva en todos los sentidos, nos quedamos siempre con el lado menos bueno de los cambios, no apreciamos las ventajas, las mejoras que aportan en nuestras vidas, la felicidad que nos podría reportar todos estos cambios, preferimos siempre el lado negativo, usarlo todo para ver la maldad que puede ofrecer, es difícil negar el poder atractivo, fascinante, del “lado oscuro”, aumenta tu adrenalina, desde los inicios, desde el primer ser humano en la tierra, siempre ha sido más atrayente hacer el mal, por eso no nos preocupamos en mirar el lado positivo y nos enredamos en aparentar.
Hoy en día, es la única preocupación de gran parte de la humanidad, como ser algo que no soy, como aparentar ser una persona y realmente ser otra, esto siempre ha sido una condición innata del ser humano desde que el hombre era hombre, pero en las tiempos actuales, con tantos cambios sociales, educacionales, culturales, es aún más palpable y sangrante, ¿por que ser un personaje y no una persona?, como ser un cuenta cuentos y no un periodista, como ser un vende humos y no un coach, cómo ser un impresentable y no un empresario, como ser un runner y no un corredor,… en definitiva: COMO NO SER YO MISMO.
Al final quien eres??, porque realmente ya no te conocen, ¿eres el personaje o la persona?, desde siempre, yo lo he tenido claro… y ¿tu?.